Mendeléiev y la Tabla Periódica de los elementos
El sueño de Mendeléiev
Mendeléiev.
Dimitri Ivanovich Mendeléiev nació el 8 de febrero de 1834, en Tobolsk, en Siberia occidental, y era el menor de catorce hijos. Su padre era director de la escuela local, pero se quedó ciego el año que nació Dimitri, por lo que fue la madre quien tuvo que hacerse cargo de la familia.
Con el fin de obtener ingresos la madre de Mendeléiev reabrió la fábrica de cristal de su padre. Allí construyó una iglesia para los trabajadores y fundó un colegio para educar a sus hijos. Los primeros recuerdos de Mendeléiev eran del gran resplandor rojo que producían los hornos de la fábrica Iluminando el cielo de la noche sobre la impenetrable oscuridad de los bosques siberianos.
Mendeléiev fue al colegio de Tobolsk, donde resultó ser un mal estudiante. Recibió clases privadas del esposo de su hermana mayor, quien provocó en Mendeléiev un profundo interés por la ciencia.
A partir de 1847 la familia padeció una serie de catástrofes sucesivas. El padre de Mendeléiev murió, y al año siguiente la fábrica de cristal ardió hasta los cimientos. Dos años más tarde su madre partió con los dos hijos que aún permanecían con ella – Dimitri y Liza- hacia Moscú. Era un laborioso viaje de más de dos mil kilómetros.
En Moscú la solicitud de ingreso en la universidad de Mendeléiev chocó contra la burocracia. Cuando su madre presentó solicitudes en otras instituciones educativas, le informaron que las calificaciones siberianas no eran reconocidas en Moscú. Como último recurso los Mendeléiev recorrieron otros seiscientos kilómetros más desde la capital a San Petersburgo.
Allí Mendeléiev obtuvo una plaza en el Instituto Pedagógico Central para estudiar matemática y ciencias naturales, además de una pequeña beca, dado que el director de dicho centro había sido amigo de su padre.
A los treinta y dos años Mendeléiev fue nombrado catedrático de química general en la Universidad de San Petersburgo. A los ojos de muchos, la química aún no había alcanzado la mayoría de edad. Seguía pareciendo poco más que un compendio de conocimientos técnicos prácticos y datos no relacionados, desprovistos de un principio regulador general. Mendeléiev era plenamente consciente de este defecto de su disciplina.
El 14 de febrero de 1869, Mendéleiev estaba poseído por la convicción de que se encontraba al borde de un descubrimiento trascendental, pero cedería ante la fatiga. Se inclinó hacia adelante y apoyo la cabeza en los brazos en medio de las desperdigadas tarjetas en su mesa. Cayó dormido casi de inmediato.
En palabras del propio Mendeléiev: en un sueño, vi una tabla en la que todos los elementos encajaban en su lugar. Al despertar tome nota de todo en un papel. En un sueño, Mendeléiev había comprendido que cuando se listaban los elementos por orden de peso atómico, sus propiedades se repetían en una serie de intervalos periódicos. Por este motivo, llamó a su descubrimiento tabla periódica de los elementos.
Texto extraído y adaptado de: Strathern, P El sueño de Mendeléiev,(2000)Madrid, SXXI (cap. 13 y 14.)